Cuando digo tengo fe, quiero decir que creo, estoy segura, sé, confío con certeza.
Creo que la principal fortaleza que tanto padres como docentes podemos y debemos dejar como legado es la formación de una férrea Voluntad.
Una Voluntad firme está por encima de todos los valores o antivalores que el ser humano deba enfrentar.
Creo que al acompañarlos en su desarrollo, padres y maestros debemos buscar que ellos logren lo más pronto posible valerse por sí mismos de la mejor manera.
Al satisfacer todos sus deseos, al justificar todos su errores, no desarrollarán el valor de la Voluntad y solo los mantendremos dependientes e incapaces de ser sujetos responsables de su propias historias.
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