El servicio turorial es una posibilidad con la que pocos estudiantes cuentan. Es un lujo, por decirlo de algún modo. Un colegio que cuenta con el servicio de tutoría tiene más posibilidades de comunicación con los padres y los chicos pueden contar con alguien que los apoye en las múltiples necesidades que surgen durante la jornada.
El tutor está al servicio de la insitución, al servicio de padres y alumnos, mas no suple ni las funciones que le conpeten a cada instancia de la institución ni las que le competen a los padres y menos aún a los alumnos.
El tutor no deja de ejercer su labor docente, pues su día es un orientar constante, un continua enseñanza de lo que conviene hacer de parte y parte para lograr la meta que es la formación integral de los estudiantes, su promoción académica y humana.
Los y las estudiantes por sobre todas las cosas deben aprender a responsabilizarse de sus actos: tareas, materiales, participación en clases, estudiar para lecciones y exámenes, entre tantoas otras cosas, son su responsabilidad y la misión, tanto del tutor, como de los padres es acompañarlos a que la asuman, no suplirla.
Cuando un alumno no cumple su trabajo, ¿de quién es la responsabilidad? Luego de todas las justificaciones de padres, alumnos y tutores solo queda una verdad. Cada persona es responsable de sus actos. Antes de culpar a alguien, hay que buscar las razones, los motivos del dueño de su propio aprendizaje. Alguien tiene que ceder. Sólo así se cae en cuenta de que no son los otros los culpables de sus errores y sólo él responsable de sus aciertos. El tutor esta ahí para apoyar ese proceso.
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