viernes, 29 de junio de 2012

Coaching Para Familias Javier 2012, es el programa de acompañamiento para las familias de la Unidad Educativa Javier, que este año se impulsa como una propuesta que unifica las acciones del DOBE y de Pastoral e incluye a docentes y coordinadores en un Plan que busca el fortalecimiento de los lazo Familiares y Familia - Unidad Educativa.

martes, 14 de febrero de 2012

Pautas para trabajar con Familias

. Comprender con el corazón que lo más importante para un ser humano es el hecho de nacer y crecer en una familia, que esto es inevitable, fundamental, básico.
. Tener pasión por las familias.
. Percibir las íntimas y múltiples influencias que unos a otros se entregan, aún de modo inconsciente, en ese sistema de afectos llamado Familia.
. Creer que podemos cambiar y que podemos ceder y dar para mantener el equilibrio que permite el desarrollo pleno de las personas que conforman la familia.

jueves, 13 de mayo de 2010

CREAR LAZOS

Era una niña cuando leí por primera vez "El Principito".  No puedo decir que ha sido mi libro de cabecera, aunque lo he leído más de treinta veces, solo por placer.  Me gusta algo en particular, el acuerdo entre el zorro y el principito.  Ellos hablan y solo cuando los dos saben que crear lazos los puede llevar a que más adelante los dos sufran por la posibilidad de la despedida, solo entonces inician su mutua domesticación.

Crear lazos en la edad adulta es más difícil.  Porque uno sabe a qué se enfrenta.  Crear lazos es abrir la vida de uno y ponerla a disposición del otro.  Es conocer lo bueno y lo malo y aún así amar.  No es facil crear lazos. 

Pueden romperte el corazón.  O puedes rompérselo a alguien más. 

Mas, también es posible que esos lazos nunca tengan que romperse, sino que que pueden engrosarse, fortalecerse, abrazar a otros. 

Es un azar.  Es un riesgo crear lazos.

Los tutores, si lo somos de Vocación, creamos lazos.  Y, cuando estos se rompen, nos duele.

miércoles, 27 de enero de 2010

El secreto de la confidencia

Tal como la humildad es un valor que perdemos en cuanto decimos poseerla; la capacidad de mantener el secreto de la confidencia, o la obligación ética que por profesionalismo o vocación mantenemos, se ve en peligro al encontarnos en la encrucijada de guardar  un secreto que nos ha sido confiado dentro de las paredes de tutoría o contarlo, para así salvarnos de posibles consecuencias que nos podrían perjudicar e inclusive poner en tela de juicio nuestra labor.

Los y las estudiantes suponen que el tutor o tutora nunca contarán aquello que les confían. Nosotros debemos sopesar la importancia de cada confidencia, e inclusive valorar si es que aquello que nos cuentan los estudiantes es o no verdad o si es un intento de manipular las situaciones.



¿Cómo hacer este balance?

- Tenemos que encontrarnos muchas veces con los y las estudiantes en los espacios abiertos, de la institución educativa; en espacios que nos den la posibilidad de observar sus actitudes, sus tendencias, sus palabras.  Conocerlos.
- Debemos conocernos a nosotros mismos, saber qué nos afecta y frente a esto ser firmes y siempre objetivos.
- La confidencialidad es un valor siempre.  Debemos guardar el secreto que nos fue confiado siempre.  Y, si es necesario informar sobre posibles situaciones de peligro en el que estén involucrados los estudiantes, sus familiares o compañeros, derivar a las personas competentes, con los datos suficientes y preservando la dignidad y derecho  a tener un secreto.

lunes, 28 de diciembre de 2009

ANTES MI HIJO NO ERA ASÍ

- Antes, mi hijo no era así.  No sé qué ha pasado.  Ahora se la pasa solo en su cuarto, siempre está con los audífonos, escuchando  música, con su celular, escribiendo mensajes.  Antes compartía con nosostros, jugaba fútbol, nadaba.  Ahora solo juega en la computadora. 

-Yo solo conozco a su hijo desde este año, son pocos meses los que he pasado con él; pero, durante este tiempo lo he visto pasar por todos los estados de ánimo posibles, ha sido gentil, estudioso, grosero y dejado, ha conversado mucho conmigo, y ha sido lejano.  Hasta ahora, solo conozco una parte muy superficial de su hijo, me ha confiado algunas intimidades, que me han ayudado a comprenderlo, pero que también me permiten tner un marco general de referencia para saber quién es él, qué puedo esperar de él.  Ustedes, como padres, saben mejor que yo sus motivaciones más profundas y sus sueños, aquellos que ustedes han guardadop en él y aquellos que él mismo ha forjado.

- No entiendo cómo mi hijo puede ser responsable de lo que usted me ha comunicado, mi hijo jamás copiaría, no le hemos enseñado esas costumbres, en mi casa no mentimos, ni engañamos.


- Muchas veces los adultos hacemos cosas que nunca hubiéramos imaginado hacer, o decimos algo impropio para el momento y no entendemos cómo pudimos meter la pata.  No siempre tenemos una razón para actuar de ese modo, nos sorprendemos y simplemente nos disculpamos a nosotros mismos, olvidamos.  En su desarrollo moral, en su proceso de crecimiento intelectual, los jóvenes se enfrentan a las posibilidades que van forjando su carácter.  Entonces entran en juego las conductas aprendidas en casa y las opciones personales, frente a las conductas sociales y las exigencias paternas.  El joven actúa.  Y, a veces, no hacen lo que a nosotros, los adultos, nos gustaría.

IMAGEN TOMADA DE:
Tecnología para copiar, 18-06-08, EcoAula.es. http://ecoaula.eleconomista.es/universidades/noticias/605286/06/08/Tecnologia-para-copiar.html, fecha de ingreso: 28 de diciembre del 2009. 
http://ecoaula.eleconomista.es/universidades/noticias/605286/06/08/Tecnologia-para-copiar.html

miércoles, 23 de diciembre de 2009

CAMINAR CONTIGO



El proceso de tutoría es un camino que recorremos con nuestros alumnos, el tutor camina con cada uno de sus estudiantes.  Como los padres, que dedican más tiempo, esmero y empeño en los hijos con dificultades, del mismo modo nosotros, los tutores, dedicamos más atención, con todo lo que ello implica, a los y las estudiantes que avanzan con tropiezos, pero que avanzan de cualquier modo.

Para que ese avanzar de cualquier modo, no los lleve por caminos dolorosos, el tutor conversa, aconseja, informa, registra, investiga, corrige, espera, cree.  Del mismo modo que el éxito de nuestros alumnos nos llena de alegría, de satisfacción solidaria; sus fracasos, sus penas, sus angustias, temores o amarguras nos producen preocupación, por lo menos, cuando no tanta pena, angustia, temor o amargura como la que los chicos sienten.

Manejar la transferencia no implica la carencia de objetividad, o la templanza absoluta ante los sentimientos. Caminar contigo, estudiante, es estar contigo,  alegrarse contigo,  sentir contigo.

http://images.google.com/images?hl=es&um=1&sa=1&q=padre+e+hijo&aq=2&oq=padre+&start=0

jueves, 19 de noviembre de 2009

Alguien tiene que ceder.


El servicio turorial es una posibilidad con la que pocos estudiantes cuentan.  Es un lujo, por decirlo de algún modo.  Un colegio que cuenta con el servicio de tutoría tiene más posibilidades de comunicación con los padres y los chicos pueden contar con alguien que los apoye en las múltiples necesidades que surgen durante la jornada.

El tutor está al servicio de la insitución, al servicio de padres y alumnos, mas no suple ni las funciones que le conpeten a cada instancia de la institución ni las que le competen a los padres y menos aún a los alumnos.

El tutor no deja de ejercer su labor docente, pues su día es un orientar constante, un continua enseñanza de lo que conviene hacer de parte y parte para lograr la meta que es la formación integral de los estudiantes, su promoción académica y humana.

Los y las estudiantes por sobre todas las cosas deben aprender a responsabilizarse de sus actos: tareas, materiales, participación en clases, estudiar para lecciones y exámenes, entre tantoas otras cosas, son su responsabilidad y la misión, tanto del tutor, como de los padres es acompañarlos a que la asuman, no suplirla.

Cuando un alumno no cumple su trabajo, ¿de quién es la responsabilidad? Luego de todas las justificaciones de padres, alumnos y tutores solo queda una verdad.  Cada persona es responsable de sus actos.  Antes de culpar a alguien, hay que buscar las razones, los motivos del dueño de su propio aprendizaje. Alguien tiene que ceder. Sólo así se cae en cuenta de que no son los otros los culpables de sus errores y sólo él responsable de sus aciertos. El tutor esta ahí para apoyar ese proceso.